Con una inversión de más de US$ 15 millones, el país se prepara para inaugurar su primer Surf Park en Luján, Buenos Aires.

Vivir cerca del mar es el sueño de muchos fanáticos del surf. Sin embargo, para muchos no es una posibilidad. Por eso, muchos se conforman con escapadas esporádicas a la Costa Atlántica. Hasta ahora, esa era la única posibilidad que tenían los argentinos de subirse arriba de una tabla y hacer lo que más aman. Sin embargo, a través de una inversión de más de US$ 15 millones, todo está a punto de cambiar.

Para los amantes de este deporte, la posibilidad de vivir cerca de una ola sin necesidad de trasladarse al mar está cada vez más cerca. En los próximos meses, se concretará la construcción de la primera pileta de olas artificiales en el país, un proyecto turístico y residencial en el partido de Luján, provincia de Buenos Aires, que busca ofrecer una experiencia de surf en un entorno controlado.

En conversación con Forbes, Sacha Wicher, CEO y Fundador de La Ola Group, cuenta que el primer desarrollo donde se va a instalar su tecnología posee 230 hectáreas y se realizará en distintas etapas. La inversión inicial para la primera etapa, que es la construcción de dicho Surf Park, se estima en USS 15 millones.

Según compartieron desde la empresa, la financiación del proyecto estuvo impulsada por alianzas estratégicas con inversores que comparten su visión de crear «un desarrollo único e innovador, promoviendo un estilo de vida más consciente y saludable». 

«El costo de nuestra tecnología está muy por debajo de la competencia y ofrece beneficios en tiempos de instalación y mantenimiento. Buscamos que genere un incremento en el valor por m2 de los desarrollos donde se instale, acelere las ventas y que, además, genere flujos constantes con los tickets y unidades de negocio satélites que integren el Surf Park», explica Wicher.

Desde la empresa, esperan estar surfeando las primeras olas dentro de los próximos 12 meses. «Nuestra prioridad inicial es la construcción de la ola, que demostró aportar un valor sin precedentes en desarrollos inmobiliarios similares en la región», introduce el empresario.

Dentro del Surf Park, cuyo corazón es la ola, se integrarán diversos negocios satélite, como una escuela de surf, un espacio de coworking, locales gastronómicos, un beach club y tiendas especializadas como surfshops entre otros.

«Queremos crear un destino donde cada experiencia sea única y cautivadora, un lugar del que no querrás irte». 
Sacha Wicher, CEO y Fundador de La Ola Group

«Actualmente, mantenemos conversaciones avanzadas con marcas interesadas en sumarse al proyecto. Nos sorprendió el gran apoyo de la industria, ya que estas empresas no sólo buscan participar, sino que también desean colaborar en el desarrollo de diversas maneras. Nos entusiasma integrar la industria argentina y, juntos, volver a poner a Argentina en el mapa industrial mundial», enfatiza Wicher.

Render del proyecto. Fuente: La Ola Group.

La tecnología detrás de las olas artificiales permite generar olas de hasta 1,5 metros de altura mediante la inyección de agua impulsada por aire comprimido, un sistema que permite configurar las olas de acuerdo a las necesidades del usuario y el espacio. Esta tecnología utiliza un mecanismo neumático con un número reducido de piezas móviles. De esta forma, se minimiza el desgaste, se reduce el mantenimiento y se emplean componentes industriales estándar, optimizando costos de logística y simplificando la instalación.

Desde su concepción, el proyecto priorizó la sostenibilidad ambiental, diseñándose para evitar picos de consumo eléctrico y facilitar el uso de energías renovables. Desde La Ola Group revelan que la tecnología es fruto de más de una década de investigación y desarrollo en Argentina, con potencial para ser exportada a nivel internacional.

Una muestra de este potencial es que el proyecto fue recientemente seleccionado como finalista en el «Surf Park Sharks: The Project Pitch», una competencia en el Surf Park Summit, la principal conferencia global de parques de surf. Los argentinos presentaron esta tecnología en San Diego, California, ante un panel de jueces compuesto por inversores y expertos del sector, con el objetivo de ganar un premio de 15.000 dólares y atraer la atención de inversores internacionales.