No intentemos introducir en nuestro cerebro demasiadas ideas simultáneamente ni ser multitarea; el espacio en el que lo trabajemos tiene que ser siempre el mismo.
Hoy te quiero compartir las siguientes cinco ideas para lograr una supermemoria y un aprendizaje extraordinario que nunca se detiene:
- Diez minutos de planificación
Dedicar tiempo cada día a planificar nuestras actividades nos puede ahorrar horas de ejecución. Es fundamental confeccionar una check list, con todos los ítems que debemos llevar a cabo, y empezar y terminar cada uno.
Es decir, no ser una persona multitarea, que dedica un poco de tiempo a una actividad, un poco de tiempo a otra y otro poco a otra. Por el contrario, empezar, por ejemplo, con los mails y terminar; seguir luego con los llamados telefónicos y terminar. Hasta llegar al final de la lista elaborada.
2. Un lugar fijo
El lugar donde estamos tiene que ser siempre el mismo. No en la cama, no en la cocina, no mientras comemos, no de noche. Lo ideal es un sitio que el cerebro asocie con el espacio donde vamos a estudiar, leer, aprender o charlar, que esté anclado al aprendizaje y al crecimiento.
3. Atención
La memoria es una casa que posee cuatro habitaciones (tareas): fijar, conservar, evocar y reconocer datos. La puerta para que la memoria se desarrolle se llama “atención”. Si abrimos bien la puerta, la información entrará sola. Y, para activar nuestra atención, necesitamos estar tranquilos y separar tiempo para la actividad intelectual. Si la atención es veloz, pocos datos ingresarán a la casa que denominamos memoria.
4. Error
Aprender algo implica ser torpe. Por ejemplo, si yo quiero aprender a cocinar, me equivocaré al principio, porque soy torpe; sin embargo, iré aprendiendo cada día y me convertiré en un experto cocinero. Lo mismo ocurre si decido incorporar una lengua extranjera: al comienzo seré torpe y cometeré errores; con el tiempo iré aprendiendo y llegará el momento en el que hablaré fluidamente el idioma.
Tenemos que permitirnos vivir de torpeza en torpeza, pues el error nos enseña mucho más que el éxito.
5. Tres ideas
Cuando estamos aprendiendo, el cerebro es como un mozo que nos sirve diez cafés, pero nosotros solo vamos a tomar tres. No intentemos introducir en nuestro cerebro demasiadas ideas simultáneamente, porque este solo tendrá en cuenta unas pocas. Probemos con tres ideas en cada ocasión y, una vez efectuado, repitámoslas de distintas maneras.
También podemos buscar objetos que se asocien con dichas ideas. Y, en especial, todos los días procuremos aprender algo nuevo.
Fuente: LANACION.COM