Dice el refrán que cuando el diablo no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo. Y aquí, en la carpetovetónica España, también las mata aunque esté ocupadísimo. Ahora, por ejemplo, y aunque parezca que nuestra sociedad está en calma o por lo menos la gente así se lo quiera creer, a pesar de lo difícil que resulta, el rabo del diablo hispánico va dando latigazos a diestro y siniestro para tener entretenida a la llamada opinión pública, aquella de la que tanto escribiesen, y en un sentido tan desfavorable, el portugués Fernando Pessoa y el irlandés, pero británico, Oscar Wilde.
Y mientras se fragua la traición a la patria y la destrucción del Estado por la mera agonía de poder de Pedro Sánchez y su partido socialista estalinista, articulando pactos imposibles, retorciendo y exprimiendo el principio de legalidad para nada menos que darle una patada en el forro a la Constitución y legislar una amnistía imposible de todas a todas, carente de sentido y con la única función de garantizarle los votos de los independentistas catalanes para seguir maltratando a España y los españoles, mientras se mantiene la apuesta de jugar a apoyar sin tino ni medida la posición norteamericana y participar sin discusión alguna en la guerra que se libra entre Rusia y Ucrania, bendiciendo y santificando con la palabra y los hechos, es decir, con suministros de armas, entrenamiento de soldados y todo lo que el tirano de Washington mande a hacer, mientras las cuentas no salen ni al Estado ni a la ciudadanía y se sigue manteniendo que la pertenecía a la Unión Europea es una bendición de Dios, aunque tenga arrastrando por los suelos sectores como la agricultura…mientras esas cosas pasan, se suministran grandes dosis de adormidera a la población bajo forma de noticias e informaciones falsas, situaciones intrascendentes para el beneficio social o, incluso perjudiciales para sectores muy determinados de la población.
Tras unas elecciones que lo único que pueden producir, si las castas políticas, usando los términos de ese otro creador de castas llamado Pablo Iglesias, tuvieran la mínima vergüenza es la convocatoria de nuevos comicios para ver si la población se aclara en lo que quiere, hemos vivido un verano apasionante que mantiene el interés ocupado en cosas verdaderamente fuera de todo orden y razón.
Hemos tenido, tenemos, y seguiremos teniendo lo que yo llamo “la leyenda del beso” , con el celebérrimo beso en los labios del ex presidente de la Federación Española de Futbol y la jugadora de la selección nacional femenina de cuyo nombre ni me acuerdo ni me interesa acordarme. Se podría calificar como “el beso de España”, pues ha sido el ósculo más divulgado, difundido, opinado, censurado adherido, deshaderído y todo lo que se quiera decir de la historia de la Humanidad. Ni el célebre beso de Judas alcanzó tanto relieve.
Al margen de su oportunidad, de su legalidad a la luz del ordenamiento jurídico peculiar y antimasculino del país, de su improcedencia y de todo lo que se quiera, el famoso beso tiene entretenida a la sociedad y parece que así ha de seguir por el mero interés político de unos cuantos, más bien unas cuantas y, siendo un asunto ya judicializado, habría de pedir a los que mantienen el tema como fuente de diarias pseudonoticias con entrevistas, opiniones y comentarios de todos esos que forman los circos políticos y mediáticos, ya sería hora de pasar de tema, pero no, y en él tienen un filón personajes tan nefastos como incoherentes como la señora Ministra de Igualdad en funciones, mejor diría que de Desigualdad, que ha mostrado su capacidad y lo valía, sus méritos y hazañas al conseguir que en los últimos tiempos raro sea el día en el que no se conozca un nuevo feminicidio, haciendo que se bata el récor de este tipo de monstruosidad desde que llegó a su puesto.
El objetivo de criminizar al género masculino sigue en marcha y la progresía consiste en eso, en imponer la dictadura del feminismo más abyecto hasta que el globo explote, que, sin lugar a dudas, lo hará, y me atrevo a hacer una profecía del porqué: Sencillamente porque las propias contradicciones de estos movimientos radicales oficializados, las disparidades de intereses de esas ligas, colectivos y grupos o nuevos géneros artificialmente creados ya empiezan a manifestarse y acabarán por fagocitarse entre ellos más pronto que temprano.
Después y durante la polémica del beso llegó otro tema que a la Sra. Montero y su División Feminista extrema le resulto favorable: Manipular la muerte de la genial María Jiménez, María “La Pipa” como la conocí cuando joven. Que esta gran artista fue una luchadora descomunal es innegable, que tuvo que batallar por circunstancias duras, también lo es, que defendió las causas de los desfavorecidos y los estigmatizados, y ella misma superar una vida de malos tratos y resurgir no lo discuto. Pero hacerla ahora, después de muerta una especie de estandarte del feminismo no es decente. Ella luchó, batallo, superó enfermedades, superó situaciones penosas, y ningún colectivo, ninguna organización y ningún Ministerio de Igualdad estuvo a su lado. Ella sola, con valentía y un enorme esfuerzo superó los baches, sacó adelante su casa y mostró su valor y su capacidad para defender sus derechos como mujer sin agresividad ni ataques a nadie. María Jiménez fue un ejemplo de mujer, de artista, de madre y de dignidad sin necesidad de ningún otro calificativo.
Y como el beso fue poco, llegó Daniel, Dani, nuestro Daniel de España, que todos los días cubre parte de informativos y llama la atención del público. El célebre Daniel Sancho, un sujeto que, sencillamente, ha asesinado a otra persona, la ha cortado a cachitos y ha esparcido los trozos en las lejanas tierras de Tailandia. ¿Cuánto tiempo llevamos con este tema?- Y a todo esto sin saber que se pretende salvo tener al público entretenido con el culebrón, porque en el fondo, a nadie le importa un rábano el asunto y a lo más, la opinión generalizada entre las personas normales es que, sea por la causa que sea, es absolutamente reprochable matar a nadie.
Ya hasta se pone en duda la propia legitimidad de las autoridades de Tailandia, y se publican noticias lacrimógenas sobre la situación del “pobre Dani” en una dura prisión tailandesa, olvidando que en España las prisiones son muy duras, están también sobrepasadas en su capacidad, son conflictivas, y de hecho es frecuente conocer que suceden altercados y hasta se producen actos de violencia con resultados de muerte, puesto que una prisión es lo que es. Habría que recordar, antes de acudir a falsas sensiblerías, que existe un país, Estados Unidos, donde las prisiones no son precisamente hoteles de lujo y que incluso tienen la guinda del pastel con Guantánamo.
El asunto del prisionero Sancho es uno de los mayores disparates informativos de este país en este momento, algo de lo que todos opinan, incluidos los de mi gremio de leguleyos, partiendo de la base del desconocimiento de los principios que rigen el Derecho Penal y el Derecho Procesal de Tailandia, aunque todo esto sirve de trampolín, da ciertos momentos de gloria a quienes hablan, dicen, comentan… Unos aprovechan para volver a salir en la foto, porque ya hacía tiempo que no salían, otros para demostrar su categoría e importancia… Y este tema es lo que es: un monstruoso crimen que, además, se ha cometido con la falta de previsión de que el lugar elegido es uno de los que castiga el asesinato con pena de muerte, como en Japón, por ejemplo, o en muchos de los estados norteamericanos. Y aquí erre que erre, y que opine la novia, la ex novia, los amigos, los padres, todo sea por inflar la bolsa informativa. Ayer precisamente me preguntaba alguien sobre cuál es el papel de un abogado español en un asunto de este tipo. Sencillamente me limité a decir que ninguno… Para actuar en otro país hay que cumplir unas condiciones de habilitación, y del desconocimiento de las leyes impide, además actuar con mínimas garantías para el defendido. He vivido muchos casos de estos y salvo en países en los que estoy habilitado y conozco su legislación, lo máximo que he podido hacer es encomendar la defensa a un colega del lugar concreto, muchas veces designado con la ayuda de las autoridades consulares españolas en el país, y facilitarle lo que me haya ido solicitando para ayudar en la defensa. ¡Lo demás es puro teatro y ganas de meter la pata!
Pero bueno, me temo que est tema dará mucho juego aún y generará mucha rentabilidad gracias al sagrado morbo nacional….
Y no he de pasar por alto un tema que también da sus coletazos veraniegos: Gibraltar. Gibraltar es un tema recurrente de uso común y ahora ha vuelto a empezar a encenderse. Este verano se ha comenzado a procurar impedir la fluidez de paso de un lado al otro de la verja con la aplicación de medidas más rigurosas de control, un bloqueo de hecho, legal, por supuesto, pero fastidioso, que le puede parecer perfecto a quienes no conocen la historia, ni les interesa conocerla, ni siquiera la del siglo XX y la propia Guerra Civil Española, la que yo suelo llamar Guerra Perpetua, puesto que, en realidad, todavía dura.
El caso es que hace unos días me vi sorprendido por el eco expansivo de las declaraciones de “la mujer de Fabián Picardo” el Ministro Principal gibraltareño, difundidas por diversos medios y canales con no poca e interesada publicidad. Me pareció mentira que se pudiera sacar a la luz pública aquella información, las imágenes y los improperios que alegre y agresivamente soltaba una señora cundo por los propios medios de comunicación, y con solo tirar de imágenes de archivo, podían comprobar, para empezar, que la muchacha en cuestión dista mucho de ser la mujer del Sr. Picardo.
Pero hacerse eco de estas cuestiones tan de poca categoría, de estas falsedades tiene su sentido en el contexto de las diversas incidencias que se vienen produciendo en las aguas que rodean al peños, incidencias coincidentes con ese bloqueo legal de la entrada y salida por la frontera…. Y ahora más de lo mismo con un programa de radio de una emisora de Andalucía, dedicado a dar caña a todo gas contra Gibraltar y su gente, programa que termina, contradictoriamente, con música de Albert Hammond, un músico mundialmente conocido, precisamente gibraltareño, aunque naciese en Londres por motivo de la evacuación de la Roca durante la II Guerra Mundial.
Siempre que se producen estas situaciones me remonto a tiempos del inefable ministro José María Castiella y su cierre de la frontera, y siempre quiero recordar a los que en España se exceden en los tonos reivindicativos, y que no suelen ser del Sur, que entonces, a pesar del férreo bloqueo, Gibraltar sobrevivió pero la comarca conocida como Campo de Gibraltar no y su economía cayó en picado.
Y hay que recordar que tras el mito de la evasión de capital y el contrabando de tabaco, probado está que de donde sale dinero en camiones es desde Cataluña, esa que quiere poner de rodillas a España de la mano de Pedro Sánchez, hacia Andorra, y es desde Andorra de donde el contrabando es más fuerte.
Hay que recordar que ningún gobierno de España desde el tardofranquismo ha sido capaz de resolver el problema de la depauperación y decadencia de la zona limítrofe con Gibraltar. Ni el gobierno de Madrid ni el de la Comunidad Autónoma han sido capaces de mitigar el problema del paro, y siendo España el país de la OCDE con más porcentaje de desempleado, con el 11,6 % según lo publicado el pasado día 13 de este mes de septiembre, la Comarca del Campo de Gibraltar es la zona con mayor desempleo y la ciudad de La Línea de la Concepción bate el récor con el 29, 32 %. Me gusta que se recuerden estas cosas, así como que hay casi 10.500 españoles trabajando el Gibraltar, pasando a diario la frontera de un lado a otro, de ida y de regreso y que esos puestos de trabajo dependen de las buenas relaciones y no es nada prudente tensar la cuerda porque si se perdieran esos puestos de trabajo, la tasa de parados españoles en la zona se acercaría al 50%. Y no se olvide tampoco los ingresos que producen los residentes gibraltareños en la comarca.
El recurso al comodín de Gibraltar como cortina de humo ante los problemas de España está ya manido y es muy arriesgado para los intereses de una población que sin contar con iniciativas válidas que la impulse, de no ser por sus trabajos más allá de la frontera estaría condenada a la absoluta indigencia.
Además, ¿cómo se puede justificar socialmente este tipo de actuación? En España tendríamos que estar cada día más preocupados por la inmigración ilegal y por los problemas fronterizos verdaderos, los que se producen con excesiva frecuencia en Ceuta y Melilla, con invasiones violentas y enfrentamientos que nunca acaban bien.
Estos tres asuntos sin embargo, resultan útiles para que al menos un buen número de ciudadanos, por no decir la mayoría, no fije la atención en los verdaderos problemas de España, problemas que no tendrán, es de temer, una solución conforme al marco constitucional y acabarán poniendo en peligro la convivencia.
Manuel Alba