Qué se necesita hacer para terminar con este fenómeno: la actualización de artefactos gasodomésticos y leyes que hagan obligatorio el uso de detectores que tengan llave de corte.
En junio de 2014, Valeria Giarratana perdió a sus dos hijas.
Era un fin de semana y le correspondía al ex-marido pasarlo con Pilar (8) y Agustina (12). Él recién se había mudado a un departamento en Haedo.
Quería estrenarlo con sus hijas: Pilar, Agustina, y su bebita de un año, que había tenido con otra pareja. Era un domingo. Después de pasar la mañana mirando televisión en familia, Luis (43) decide bañar a su hija menor. Abre la canilla del baño y se enciende automáticamente el calefón. Pero éste estaba mal instalado y causó una pérdida de monóxido de carbono en el departamento. Al cabo de cinco minutos los cuatro se quedaron dormidos.
“Si él hubiera visto a las nenas desmayadas, hubiera enseguida abierto la puerta o una ventana,” añadió Valeria (47). “Pero esto fue instantáneo. Este asesino silencioso los mató a los cuatro de un saque.”
Las muertes por inhalación de monóxido de carbono (CO) en Argentina están lejos de ser una novedad. El Ministerio de Salud de la Nación estima que un promedio de 250 personas mueren al año por intoxicación de esta sustancia imperceptible que carece de olor, sabor y color. Aunque todavía no hay datos a nivel nacional de la cantidad de intoxicaciones que hubo en 2023, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires anunció en agosto que ya hubo 130 casos registrados en lo que va del año, de acuerdo al último parte provincial.
De acuerdo al Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), el monóxido de carbono (CO) es un gas letal que se produce durante cualquier proceso de combustión. Una de las principales causas de su aparición está en el mal estado de los artefactos de gas y la insuficiente ventilación de los ambientes en los cuales se produce tal combustión.
La semana pasada, un hombre y su hija de nueve años fueron encontrados sin vida en un departamento de la ciudad de Salta. A mediados de julio, un hombre y dos niños murieron en el barrio porteño de Coghlan. En ambos casos, murieron por inhalación de monóxido de carbono. A principios de junio, al menos 22 alumnos de un colegio privado en Palermo debieron ser asistidos por personal del SAME cuando se produjo una pérdida de gas al prender una estufa. Afortunadamente, en este caso no hubo que lamentar víctimas. Pero estas circunstancias siempre se dan– especialmente durante el invierno debido a la necesidad de calefaccionar los ambientes.
Artefactos de gas desactualizados
En Argentina, aún no es obligatoria la instalación de detectores hogareños de monóxido de carbono. Además, muchos de los sistemas de calefacción que se venden en el mercado nacional siguen utilizando un sistema viejo que no detecta ni avisa sobre la existencia de CO en el ambiente.
“Hoy en día todavía la Argentina, tecnológicamente, cuando vas a comprar un artefacto de gas, la mayor parte de los artefactos siguen siendo los mismos de los años ‘50. No hay una adecuación en el parque gasodoméstico que tengan electricidad y gas en simultáneo. Todavía siguen vendiendo artefactos de cámara abierta,” explicó Dr. Miguel Ponce, científico en el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA) y el CONICET en Mar del Plata.
Los artefactos de cámara abierta son aquellos que emiten los gases de la combustión que se genera al utilizarlos, expulsándolos dentro de la casa, lo que se conoce técnicamente con el nombre de tiro natural. Los artefactos de tiro natural son altamente peligrosos si son utilizados en espacios cerrados y sin la ventilación apropiada. De todos modos, este modelo se sigue vendiendo a gran escala en Argentina.
Muchos de estos artefactos gasodomésticos tampoco tienen una adecuación electrónica, dificultando la posibilidad de aplicar un dispositivo moderno que huela y mida los niveles de monóxido de carbono y que automáticamente corte el artefacto si detecta una fuga.
Estos gasodomésticos de tiro natural tienen un sistema conocido como un piloto analizador, en vez de una llave de corte. Las diferencias entre los dos son varias. El piloto analizador es un sistema mecánico, mientras que el corte de llave es electrónico. Asimismo, el piloto analizador requiere un mantenimiento constante, dado que, si es movido de su justa posición al respecto de la termocupla, no funcionaría de manera correcta. En el caso de obstruirse el sistema con carbono de la combustión, el sistema se descalibraría. De todos modos, este sistema menos eficiente sigue siendo incorporado en los productos gasodomésticos que se venden a gran escala en Argentina.
La solución para reducir el riesgo de intoxicación, sin embargo, fue diseñada hace mucho tiempo en Argentina. Pero todavía no se han implementado los métodos correspondientes para efectivamente terminar con esta intoxicación letal.
La falta de una normativa a nivel nacional
En 2003, Ponce y un equipo de investigadores desarrollaron un dispositivo de seguridad que previene la formación excesiva de monóxido de carbono dentro de la cámara de combustión de los artefactos, posibilitando una acción inmediata de corte del gas combustible ante la presencia de CO.
“Lo que se buscó con el desarrollo nuestro, es un sistema que actúe, que tome una decisión. Es un sistema que, ante la presencia del monóxido de carbono, lo que hace es primero cortar el gas y después de eso, te avisa,” explicó Ponce. “Con lo cual asegurás de que cuando te avisa, no haya más combustión–– la fuente de la generación del monóxido de carbono.”
En ambas cámaras del Congreso Nacional se han presentado más de cinco proyectos de ley por parte de distintos sectores políticos. Varios de los proyectos destacan la necesidad de instalar llaves de corte. En 2018, el entonces diputado Eduardo Bucca fue el autor de un proyecto conocido como “Dulces Sueños” que establecía la obligatoriedad de contar con una llave de corte “disyuntora,” o automática, tanto en la fabricación de artefactos a gas para uso doméstico como para la readecuación de los existentes. Éste, junto a varios otros proyectos fueron archivados por no haber logrado una sanción parlamentaria.
Una legislación adecuada no sólo serviría para prevenir futuras muertes, sino que también daría lugar al proceso de renovación de los artefactos gasodomésticos. La legislación de “Dulces Sueños”, por ejemplo, era un proyecto de diez años que proponía un régimen de inversiones para compañías que fabricaran artefactos a gas de uso doméstico.
El rol de los entes reguladores
Conforme a los argumentos presentados en el proyecto de ley, desde el sector industrial productor de artefactos de gas argumentan que, al no existir regulación que los obligue a instalar el sistema en sus productos, o normas que lo regulen, no están dispuestos a afrontar mayores costos.
Estos esfuerzos legislativos que promueven mayor concientización sobre intoxicación por monóxido de carbono y la necesidad de un disyuntor que automáticamente actúe al detectar CO en el ambiente serían necesarios también para remediar la discrepancia que existe entre leyes nacionales de seguridad y protección de salud y los entes reguladores de gas.
La Ley Nº 24.076 fija entre las facultades a cargo del ENARGAS reglamentos en materia de seguridad, normas y procedimientos técnicos, como inspecciones periódicas de los servicios de los consumidores y la obligación de mantener sus instalaciones y equipos en forma tal que no constituyan peligro para la seguridad pública.
La misma Resolución 1256/99 dictada por ENARGAS establece que entre los objetivos se encuentran “entre otros la protección adecuada de los derechos de los consumidores, el propender a una mejor operación y confiabilidad de los servicios e instalaciones, en especial lo relativo a la seguridad, y el incentivo a la eficiencia, uso racional y protección ambiental.”
Pese a los esfuerzos realizados, Infobae no logró que representantes de ENARGAS respondan a las preguntas sobre el tema.
Una ley nacional sobre la prevención de intoxicaciones por monóxido de carbono, acompañada de una campaña de concientización a la población sobre el correcto mantenimiento de sus artefactos gasodomésticos, ayudaría a evitar futuros incidentes.
Valeria Giarratana mencionó que, en el departamento recién alquilado de Luis, su ex-marido, el sistema de calefacción de cámara abierta no tenía instalado el corrugado del tamaño correcto y que la dueña había trasladado el calefón antes de que él se mudara. Tampoco se había realizado una inspección por un gasista matriculado.
“Todo esto con el diario del lunes. En ese momento vos no sabés todas las reglas que tenés que tener,” dijo Valeria. “Aprendiendo después de esto a que todo tiene que ser de una manera, te das cuenta de que vivimos en riesgo. Por eso pasan todas estas cosas. Por eso yo no lo llamo accidente, porque esto se podría haber evitado.”
Esfuerzos locales
A falta de legislación nacional, han habido esfuerzos locales para tomar riendas en el asunto. En 2020, la Municipalidad de Godoy Cruz en Mendoza aprobó una ordenanza haciendo obligatoria la instalación de detectores de CO en viviendas y edificaciones que en adelante se construyan. La nueva medida anticipa que las construcciones sólo podrán “recibir el Certificado de Final de Obra si cada unidad cumple con la obligación de tener instalado un detector de monóxido de carbono en cada ambiente que cuente con bocas de conexión a la red de gas natural.”
En junio del 2021, cuatro integrantes de una familia de cinco personas murieron por intoxicación en un complejo de departamentos. Este fue el último dato conocido y abordado por las áreas de Protección Civil de Godoy Cruz.
Esta ordenanza recién se publicó en el Boletín Oficial en junio, dado que por el contexto de la pandemia, tardó tres años en ser aplicada. De todos modos, el uso obligatorio de detectores es solo el comienzo de un proceso más largo, contó Fabricio Cuaranta, presidente del Concejo Deliberante de Godoy Cruz, quien también enfatizó la importancia de tener en cuenta aquellas edificaciones que no estén debidamente registradas
“Por lo general estos casos suceden en domicilios donde las conexiones terminan siendo en obras no declaradas ante el Municipio, por tal terminan siendo ampliaciones clandestinas que no cumplen con las normas de ENARGAS y Ecogas,” explicó Cuaranta. “Dicho esto, afirmo que los casos que ocurren escapan a las habilitaciones municipales, sobre todo de los organismos competentes en el tema de gas.”
Fuentes: INFOBAE.COM